La división de la ciudad en dos bandos trajo como consecuencia su escisión geográfica en dos partes. En el centro hubo una zona vacía (plaza de San Martín) que separaba a los contendientes. La frontera o «zona de nadie» se situaba al Sudoeste. Era la plazuela del Corrillo, también llamada Corrillo de la Hierba porque, al no atreverse nadie a pisarla, estaba llena de Hierba…
Auténtico corazón de la ciudad hasta que se construyó la Plaza Mayor (1755). En la actualidad es lugar de reunión de la progresía salmantina a pesar de que el café del Corrillo se ha convertido en una hamburguesería americana. Hay que destacar que en los capiteles de sus soportales están representados los días de la semana en forma astral. Para los iniciados, lo que figura en los capiteles son los siete planetas babilónicos, unidos en la Edad Media a la práctica alquimista que asociaba cada planeta a un metal.
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